San Lorenzo cerró el torneo de la mejor manera posible e inimaginable: ganando y clasificándose a la Sudamericana 2023.
El campeonato que ayer terminó para San Lorenzo fue una de esas series medio largas de Netflix que empezás porque te cae bien el protagonista, de otra que ya habías visto, y nada más que por eso, en el momento que los capítulos se vuelven inmirables, llegás hasta el final. Pues bien, cuervada querida, QUÉ FINAL nos regaló “San Lorenzo de Galicia”! ¿¡Quién podía imaginar que atrás de los 6 partidos sin ganar vendrían 6 sin perder y ganando 5..?!? Yo no y hasta lo escribí como cosa juzgada. Pero acá hubo un director de muchas producciones en el lomo y Rubén Insúa guionó y protagonizó un éxito de esos que no tienen inversores y te hacen magia con vestuario y efectos de la vieja escuela. En ese aspecto, es nuestro Clint Eastwood de Boedo.
Sin entrar en profundidad en todo lo que se consiguió en esta campaña, para lo cual sólo usaré la imagen del tuit de @sanloreamerica que ayer pusimos en nuestra cuenta como gran resumen, sí diré que para la temporada 2, Insúa se autogestionó un presupuesto mayor con la plaza internacional Conmebol y ahora pisa sobre un año de laburo con actores que crecieron muchísimo en sus capacidades y que, quizás, vengan a buscar para ofrecerles otros trabajos. Creo que no hay que dejar este aspecto de lado, pero tanto el director como el productor (Matías Caruzzo en este caso) potenciaron su poder de negociación en gran manera.
Tendremos tiempo de analizar en extenso muchos aspectos del San Lorenzo de Galicia porque se viene Qatar, las elecciones y la pretemporada, pero no dejemos pasar por alto el dato siguiente: en un torneo de 27 capítulos, San Lorenzo mantuvo el entrenador y en la última fecha compitió, con éxito, por cosas importantes. Y obvio con un motivo especial que aceleró la venta de entradas, pero el rating fue muy alto en todas las funciones y ayer la cancha explotó de mucho tiempo y todos vimos el mejor final.
