¿FALTÓ GASOLINA?

El equipo de Insúa fue cacheteado anoche en Avellaneda y parece involucionar en orden al rendimiento

¿De verdad vamos a tener que seguir viendo a Carlos Sánchez en la posición central de la defensa cuando hay cantidad de partidos que indican que lo hace mal? El colombiano provoca más inconvenientes que las soluciones que debería aportar y es muy evidente en cancha. Y con este breve editorial no es mi intención caerle a la Roca, en particular, ni al técnico con una doble intención, pero sí subrayar algunos ítems que no se entienden. Porque ayer en la conferencia post partido, Insúa, visiblemente enojado por el resultado y la actuación del equipo (¿Y por algo más?) no respondió lo que se le preguntó y dejó un par de conceptos que, para mí, se pueden validar y otros que parecen excusas de tanto que se repiten. ¿A quién le adjudica los “espejitos de colores”? Porque si en las primeras dos semanas de torneo vamos a empezar con los tiros por elevación puertas adentro, el único perjudicado será San Lorenzo. También invitó a olvidarse de 2022 y 23, remarcando que este “es un equipo/plantel nuevo”, que es real, pero que al mismo tiempo le sucede al promedio de los equipos de AFA, varios con mejores resultados, con menos incorporaciones y no tanto tiempo con el mismo DT como para ir previendo y planificando ciertas situaciones. Porque además nunca se escucha autocrítica en el seno del cuerpo técnico, que a juzgar por los cambios que vemos en cancha, no parece haber pruebas nuevas en el parado del equipo ni en los nombres que entran y salen; ayer, estrictamente, el colmo fue la entrada de Campi para volver a adelantar a Sánchez a la línea de volantes. 

Los números y actuaciones del equipo, previo al inicio de esta temporada, ya habían caído y con otro apellido en el banco, hubieran marcado la salida del entrenador. Pero para seguir la lógica del Gallego, saludo la clasificación a Libertadores y descarto todo el pálido final de 2023. Y esto también es importante marcarlo: si vamos a chapear Libertadores, aceptemos lo pobre que también se ve a las claras. Pero si vemos las estadísticas del 2024, San Lorenzo lleva 6 partidos (incluyendo el par de amistosos) y no ganó nunca, llegó escasamente al arco rival y marcó sólo 2 goles. Y si bien pueden faltar prácticas, entendimiento entre los nuevos y demás argumentos, la actitud que supo tener el equipo ayer duró hasta el primer gol de Racing. 

En definitiva, que cada actor de la trama San Lorenzo empiece a hacerse cargo de su rol y las responsabilidades que le tocan, en vez de andar mirando la paja en el ojo ajeno. Será mejor para el club y para que todo lo que viene “demorado”, en palabras del entrenador, se acelere y no se licúen las fuerzas en contrapuntos que dañan la imagen de la institución y se podrían enfocar mejor. El calendario, para bien y para mal, te da rápida revancha y acota los tiempos de micrófonos con mala intención.