El título de esta breve nota es antojadizo y obedece al lugar de la cancha en el que me tocó estar el día de ayer, por lo que los apellidos que voy a enumerar y describir pueden diferir respecto del resto de espectadores en el Bidegain o la enorme cantidad de hinchas que lo vieron por tv, atento al fin de semana largo, la lluvia o la distancia.
La realidad es que estas líneas se proponen poner sobre la mesa una suerte de auditoría de tablón o balance antes de terminar el 2024, que cuesta digerirlo más que aquel chori de dudosa procedencia al que uno se animaba cuando todavía se podía ir de visitante. Y como siempre pasa con la última foto, obviamente ayer fueron más quejas y rezongos que elogios y rosas. Para mi fortuna, el tipo que tenía atrás objetaba casi en un 100% a los mismos que yo tengo entre ceja y ceja, que presumo no son los de todos ni, de acuerdo a lo que veo, escucho o leo, de otros periodistas. Gonzalo Luján fue por escándalo el jugador más criticado y abucheado: jugó mal, desconcentrado, lento y para regodeo de la gente, Russo le puso el brazalete de capitán. Campi no cae bien tampoco cada vez que lanza sin mirar o tarda en cubrir espacios. A Sosa le cayeron las veces que quiso probar de afuera, o mismo cuando reclamó alguna falta quedando en el piso sin recuperar su posición (para mí alterna buenas y malas). Báez es un chico y se le toleran más cosas, pero la viene pasando mal casi todos los partidos. Y de entre los defensores, lo de Chila Gómez arrancó insultos y reproches varios; es raro lo que ocurre: Altamirano hizo perder tantos puntos que uno quiere convencerse que el ex Racing es mejor, pero la realidad es que al lado de Batalla no tienen ni para empezar.
Remedi, con defensores y detractores. Me paro en la vereda de los que ya se cansaron de sus aires de Toni Kroos, de las veces que se tira y no le cobran, de sus pelotas perdidas (en los dos goles rivales estuvo involucrado: en el empate es quien no despeja de lleno y “asiste”, mientras que en el segundo, pierde la pelota junto a Muniain a la altura de la mitad de cancha sobre la derecha). No niego que sabe con la pelota y se buscan con el Vasco, pero no está para 90’ y se nota. Bustos parecido, pero ayer es responsable directo de la derrota: si facturaba el 2-0 se acababa el partido. Nadie entendió por qué no definió en vez de buscar a Cuello que ni aparecía en el radar de pase. Tiene buena pegada y tira chiches, pero cansa (me hace acordar un poco a Reniero). El falso 9: Cuello. Al igual que mi amigo vecino de la norte alta, opino que no puede jugar en San Lorenzo y que no es 9. Definió fenómeno en el gol, indudable, pero no te baja una pelota y tiene muy mal relación goles/situaciones.
Cierro con los más bancados o que no dejan dudas (para mal). Romaña, Muniain y Cerutti resultan los más aceptados en la flaca actualidad del equipo. Comparto, aún cuando nunca le renovaría a Cerutti por su pasado. El que ya nadie soporta es Andrés Vombergar, aun cuando corra y gane algo de arriba. La gente sabe lo que le cuesta al club y la relación es de no retorno: debe salir en el próximo mercado de pases.
No sé, estimado lector, en cuánto acuerda o discrepa con lo aquí citado, pero esto es fútbol y toda opinión es respetable. A mí, agarrando un caso al voleo, me gustaría ver algunos minutos más a Seba Blanco. Y no me referí a Irala, Barrios o Leguizamón porque si no me arruino más el feriado.