Empate con sabor a poco

San Lorenzo no pudo quedarse con los tres puntos en su estadio en el clásico de la jornada ante un Independiente que sí se llevó lo que vino a buscar con un plan que le salió a la perfección. 

El Ciclón y el Rojo jugaron un aguerrido encuentro en el que terminaron repartiendo puntos, lo que es muy poco para el local que buscó la victoria hasta los últimos segundos y mucho premio para la visita que planteó un partido mezquino y lo supo aguantar. 

La primera mitad tuvo un comienzo de posesión de pelota para la visita que intentó durante todo el tiempo llevar el partido a su juego, el de ensuciar las acciones y hacer el encuentro muy trabado. Mientras que San Lorenzo trató de ser más pragmático, así llegó la primera chance clara que no pudo definir Giay y contuvo el arquero Rey. El trámite era parejo y se jugaba sin muchas luces (las cuales estaban en la tribuna), los desbordes de Braida-Barrios y las pinceladas de Martegani eran lo mejorcito del equipo aunque no se pudo finalizar nunca una jugada bien. Independiente se paró en cancha para cortar el circuito de juego del equipo local y creó peligro únicamente desde la pelota parada o algún centro aislado. Las más clara fue para el Ciclón tras un centro de Marta y Blandi se llevaba puesta la pelota hasta que el arquero visitante la sacó sobre la línea para evitar el gol. Si bien el Rojo, hoy vestido de blanco, estuvo demasiado impreciso cuando tuvo la pelota, a los de Insua se le hizo difícil avasallar a su rival. Producto de su ineficacia para terminar bien las jugadas, y de un actor importante como el árbitro que obvió muchas faltas y se quedó claramente corto de tarjetas (debió haber sido expulsado Barcia por acumulación de infracciones). Con Giay amonestado por cortar una supuesta contra y Elías con amarilla por protestar esa jugada, se terminaba un primer tiempo deslucido y sin goles. 

Para sorpresa de algunos, el equipo del Gallego salió a jugar sin cambios la etapa complementaria (los de Monzón corrieron la misma suerte) y por ende el ritmo del juego no se modificó de primeras. Aunque en la primer jugada que hubo un cambio de ritmo y un centro preciso, hubo una chance neta de gol: que definió Barrios de volea pero se encontró con una respuesta fenomenal de Rey a los siete minutos del segundo tiempo. La gente en el estadio se levantan y empujaba al equipo, que tuvo su primer cambio a los 12’ con la salida de Blandi y el ingreso de Leguizamón (para hacer lo que pedía el partido y meter una marcha más en ataque). A partir de allí, la visita se tiró para atrás y le cedió la iniciativa al local que la pudo a ver aprovechado minutos después cuando llegó la opción más clara del partido. Pase fenomenal (como el de Messi a Molina en el mundial) de Martegani para Legui que tocó para la bomba y cuando este la empujaba sin arquero, llegó un defensor del Rojo que se jugó la vida y salvó la caída de su arco. Salió Giay, extenuado físicamente, y Barrios, para la entrada de Sanchez que anduvo parejito con su mal rendimiento hasta ahora y Cerutti que generó varias faltas y centros. Sin embargo, Independiente no paraba de hacer tiempo cada vez que podía demorar el juego y el árbitro Rey Hilfer volvió a quedar expuesto con su mal manejo del partido. Incluso cuando hizo un poco de justicia al dejar a Independiente con 10 hombres por la expulsión de Vallejo que llegó cuando se habían cumplido los 45’, es decir demasiado tarde. Al fin y al cabo, San Lorenzo no jugó lindo y cuando hubo que meter lo hizo, pero no le alcanzó para convertir las pocas y las claras ocasiones que tuvo. Ahora deberá cambiar rápidamente el chip y pensar en copa donde tiene que traerse un triunfo de Venezuela a como de lugar, cuando enfrente el martes desde las 21 a Estudiantes de Mérida en su debut de Sudamericana.