San Lorenzo, con dos penales de Vombergar, despachó a Platense 2-1 con un Reali de alto voltaje.
Se sigue armando este equipo serio. La primera mitad fue lo mejor que le vimos a San Lorenzo de cara al arco de enfrente en este comienzo de 2025: situaciones, tenencia, desbordes, palos… linda versión para ver! Las acciones de Reali siguen subiendo y es increíble que no se le haya dado el gol aún. Antes de los 20’ ya había metido dos zurdazos en el mismo palo. Pero si El Ciclón quiere pelear hasta las últimas consecuencias por una competición, la jugada del contragolpe que, justamente, termina en el primero tiro en el palo del ex Independiente Rivadavia debe terminar en gol sin excusas. Cuello se pierde algo incomprensible, pero en la previa es Irala el que habilita mal a Reali. En fin, San Lorenzo generó mucho (la de Braida también). Pero también sufrió en el arco de Gill: una por arriba, una al travesaño, el 1-0 y la estirada del final. El partido fue muy entretenido y dinámico, no había aduana en el medio. Las autoridades máximas de la International Board no lo harán porque pasa sólo acá que los arqueros se tiren sistemáticamente para cortarle el ritmo el partido, pero alguien tiene que tomar cartas en el asunto. Platense tiene jugadores para jugar bien y lo hace por momentos, pero en eso otro es miserable y ruin. El empate de Vombergar llegó desde los 12 pasos, buena ejecución. Claro penal.
En menos de 6’ San Lorenzo le llegó 3 veces profundo a la visita. Y Platense seguía en lo suyo: corte sistemático con faltas, todo lento y viendo si los de arriba encontraban algo. Seis minutos después llegaron dos cambios en el Calamar porque los de Russo se lo llevaban puesto (siempre afuera los amonestados). Si lo de perdonar del primer párrafo fue un dolor de ojos, el gol que erra Braida fue escandaloso; en la previa Reali hizo todo bien. Platense equilibró el trámite y el cansancio les pesó a los dos. Miguel tiró al colombiano y al doble 5 suplente, afuera Cuello (mal partido), Irala y Tripichio. Bajó revoluciones, lógicamente, Reali y que Vombergar se sume al circuito de pases hace todo más lento e impreciso. Y Ronaldo Martínez casi nos ajusticia en una contra, pero se ve que Orlando les da buena propina a los travesaños. Y de pronto, iban 37 minutos, Peralta se esfuerza en no dar por perdida una pelota, Reali la tira larga y Araza cobra un penal que, a la larga (bastante larga), el VAR con la visión del juez principal se sancionó a los 43’. Y ocho minutos después, Vombergar le rompió el arco para el 2-1. Adicionaron 10’, correcto. Y el regreso de Tonga Hernández es una alegría. Se consumieron los segundos, Gill descolgó una de NBA y el grito de Romaña fue todo lo que hacía falta para que los tres puntos queden en casa.
Invicto, 11 puntos en 5 partidos, un solo gol en contra. Allá va el equipo de Miguel…