SIN TÍTULO

El primer tiempo fue parejo, los dos equipos tuvieron sus oportunidades. Pero la mayor diferencia estribó en los estilos de uno y otro, que se verificó en la calidad de las chances. La actitud de discutir la posesión a San Lorenzo le duró 3 minutos; después, pelota a los de amarillo y todos detrás de la línea del balón. Y en el contraste de formas, Defensa siempre intentó asociarse por abajo sumando gente y pases, mientras que San Lorenzo se paró para contragolpear y todos sus intentos fueron aéreos, a excepción del intento individual de Maroni. Un tiro en el palo para cada uno: Defensa (Solari) en la base del palo y San Lorenzo (Girotti) al travesaño. Batalla metió un volada fenomenal para ahogarle el gol a Togni, pero en el gol del Halcón dejó un rebote corto que Solari no perdonó, ante la pasiva respuesta de Braida que estaba mejor parado para agarrar la segunda jugada. Premio al que más buscó, sencillamente. Sánchez y Pérez dieron ventajas, la mitad de cancha no hizo pie para cortar los circuitos de los de Varela y el arco de Bologna siempre pareció lejano.

Leguizamón a la cancha en la segunda mitad, por Maroni; esa fue la jugada de Insúa, tirando a Barrios más al centro. Y se invirtieron los roles de la parte inicial: San Lorenzo a llevar el protagonismo y Defensa en postura de espera. Y el problema para El Ciclón fue que no ensayó ese rol en todo el año, por escasez de recursos pero también por gusto del técnico. Y pasaron los minutos entre la impericia de San Lorenzo y el tiempo que empezó a robarse Defensa en cada oportunidad propicia. Se completaron los 45’ y los de negro no generaron una sola oportunidad de gol en el arco de Bologna. Y la adición fue corta, sin dudas, y la bronca gigante.

San Lorenzo se cansó de tirar centros inertes, pero siempre supimos que el banco con Auzqui, Ramírez o Blandi, por caso, no aportaría soluciones de emergencia. La impotencia es grande, el presupuesto ínfimo. Adiós a la chance de un título, gracias por el esfuerzo