El empate en Córdoba y la caída ante Fortaleza, en el debut en el Pedro Bidegain por la fase de grupos de la Conmebol Sudamericana, dejó aún más en evidencia la falta de gol que está atravesando el Ciclón.
Mediante un enorme trabajo, Rubén Darío Insúa logró armar a su equipo de atrás hacia adelante, logrando una evidente solidez en la última línea con Rafael Pérez, Federico Gattoni y Gastón Hernández, escoltados por un cada vez más afianzado Augusto Batalla. No obstante, pese al nivel superlativo de Nahuel Barrios, el crecimiento de Iván Leguizamón, y el acompañamiento de Malcom Braida, los delanteros bajaron considerablemente sus rendimientos y empieza a preocupar en Boedo la sequía goleadora.
Luego de haber sufrido una distensión grado 1 en el aductor izquierdo, Adam Bareiro no volvió a marcar, acumula 347 minutos sin goles.
Por su parte, Andrés Vombergar después de su convocatoria a la selección eslovena para disputar los encuentros ante Kazajistan y San Marino por la clasificación a la próxima Eurocopa, lleva 586 minutos sin tantos.
En consecuencia, además del lógico desgaste físico de los futbolistas debido a la importante seguidilla de partidos, la falta de triunfos en las últimas presentaciones se debe también a la carencia de contundencia en ofensiva. CASLA necesita que el Príncipe y La Bomba, piezas claves para el Gallego y funcionamiento, vuelvan a convertir.