San Lorenzo de Almagro y San Pablo jugaron una serie más que pareja por los 8avos de final de Conmebol Sudamericana. Por detalles, el conjunto brasileño dio vuelta la serie en condición de local y sigue en la Copa.
Ni bien iniciado el partido en el Morumbí, tan solo a los 30 segundos, se dio el primer remate de San Pablo que salió cerca del segundo palo de Batalla y parecía que la mano sería muy complicada. El trámite del juego fue con el local manejando la posesión de la pelota y la visita apelando a jugar de contraataque. Si bien las acciones las manejaba San Pablo en un principio, lejos estuvo de ser un vendaval y San Lorenzo poco a poco se metía en partido y no lo sufría tanto. De hecho, tuvo la más clara de los 45’ iniciales con el saque largo del arco por parte de Batalla, la guapeada personal de Barrios y un remate que se estrelló en el travesaño y silenció a todo el estadio. Por centímetros el Ciclón no se pudo poner en ventaja mientras el encuentro seguía y los jugadores, el banco y el cuerpo técnico brasileño no paraban de protestar y querer meterse en las desiciones del juez del encuentro. Promediando ese primer tiempo, la chance clara de San Pablo fue un remate de afuera que pedía ángulo y terminó sacando el capitán del ciclón de gran manera para mantener su arco en cero. Lamentablemente, en el descuento, llegó el quiebre luego de una inexistente falta de Campi que barre pero toca y recupera el balón, aunque el uruguayo Ostojich sancionó infracción de todas maneras: centro al área y Calleri le ganó bien a Hernandez para que el ex All Boys la meta de emboquillada y decrete un injusto 1-0 a favor del local en el Morumbí. Así, y con muchísimas más protestas, nos fuimos al descanso de lo que fue un encuentro por momentos más hablado que jugado.
El complemento arrancó sin modificaciones, lo cual tenía cierta lógica más allá de estar abajo en el marcador (con la serie global igualada). Pero San Lorenzo necesitaba tener más la pelota y para ello a los 15’ del segundo, Insua sacó a Sánchez y metió a Maroni. El cordobés, no entró bien de arranque y quedó enganchado en la jugada del segundo gol local: centro al ras hasta el segundo palo que encontró sólo a un brasileño que la empujó para decretar el 2-0 que clasificaba a San Pablo. Con la desventaja en el global, entró un delantero pero salió otro: Blandi por Leguizamón. El último y sorpresivo cambio para tratar de igualar la serie fue la entrada de Luján pero salió Braida (de los mejores y más desequilibrantes del año) faltando poco menos de 10 minutos. Nunca se desarmó esa línea de 3/5 en el fondo y el doble “9” no se conectó en ningún momento.
El final fue un bochorno, expulsado Insua por darle una indicación a su jugador, un codazo no advertido a Pérez en él área y un tiempo adicionado de 6’ que directamente no se jugó. De esa manera, terminó cayendo este gran San Lorenzo que se queda sin copa internacional pero se mantiene en pie por el gran labor que hizo hasta acá y seguirá haciendo hasta el fin de la temporada.