El Ciclón ganaba en Santa Fe pero se lo terminó entregando en bandeja a Unión que con empuje, garra y centros, le ganó el partido en un abrir y cerrar de ojos. Tras el receso, sólo servirá ganar o ganar.
Por la quinta fecha de la Liga Profesional 2024, Azulgranas y Tatengues se medían en la soleada tarde de Santa Fe en un encuentro con realidades numéricas muy distintas. El local, venía invicto producto de 3 victorias y un empate y la visita llegaba entonado por su andar en la Libertadores y Copa Argentina, pero con un andar muy flojo en el campeonato doméstico (no ganó ni un partido todavía). Por ende, era vital traerse los tres puntos del Estadio 15 de Abril para cerrar un semestre con altibajos pero con objetivos cumplidos, al menos hasta la vuelta del fútbol a nivel local e internacion tras el párate por Copa América.
De arranque Romagnoli sorprendió con la formación y con la inclusión como ‘libero’ de Daniel “Pitu” Herrera, volviendo al clásico 5-2-3 (además del ingreso a último momento de Cuello por Barrios). El partido lo comenzó mejor Unión que, sin ser claro dominador del juego, tuvo los acercamiento al arco rival más propensos a gol, aunque sin generar jugadas de peligro latente. San Lorenzo transcurrió incómodo los primeros 25 minutos pero luego, mediante los pies de Remedi, se acomodó en el juego. Instantes después, llegó la más clara hasta entonces: un gran remate de Braida que provocó una volada para destacar del arquero Campisi. Entre un dubitativo Merlos, que se equivocó más de lo que acertó, el Ciclón se fue acercando cada vez más a gol hasta que llegó el grito. Pelota al área para un buen desmarque de Tarragona que la pinchó al medio y entrando llegó Cuello que primero la frenó y luego estuvo rápido para acomodarse y definir a puerta vacía. El gol fue demasiado premio para San Lorenzo pero estuvo bien aprovechado porque después del mismo no sufrió, solamente lo hizo con el polémico llamado de Nicolás Lamolina desde el VAR que quiso echar a Campi por un brazo en alto que, el juez de campo resolvió con tarjeta amarilla de manera acertada.
Sin tocar el equipo, San Lorenzo entró al complemento desdibujado, como esperando que Unión le empate el partido. Y eso sucedió (dos veces) y ni así sintió el golpe el equipo, que regaló todo un tiempo y se complicó solito en la tabla anual. ¿Cómo pasó? Mucha diferencia de actitud entre un equipo y otro, el que perdía tenía sangre en el ojo y lo fue a buscar con todo lo que tenía, el que lo estaba ganando fue timorato y pasivo, esperando que pase lo peor. En primera instancia el VAR salvó a San Lorenzo por el pie izquierdo de Morales que se encontraba adelantado. Aún así, a la salida de un córner y con el equipo a medias y dormido, el local lo empató y minutos después lo dio vuelta ante la atenta mirada de todos los defensores azulgranas. En un abrir y cerrar de ojos se perdió un partido que estaba para ganarlo, por cómo había terminado la primera mitad. En la segunda, y porque los partidos duran entre 90 y 100 minutos, el equipo se replegó a defender (haciéndolo muy mal inclusive) y olvidarse del arco contrario. Muy justa caída de San Lorenzo de Almagro que, se va al receso mirando el cruce de 8avos de Libertadores y también la tabla anual por el descenso a fin de este mismo año. El retorno será, nada más y nada menos, que en el clásico de barrio ante Huracán en condición de local. Y será el primer partido, pero una final en la que no queda otra opción que GANAR.