Clima tenso. Recepción hostil. El presidente habló en la nave. La gente más cansada de San Lorenzo que de todo el año 2024 a 13 de diciembre. Tigre con 3 partidos sin goles. Lo más trascendente, para mal, del primer tiempo fue la salida por lesión de Romaña. De fútbol nada. Pero nada en serio… También quiero destacar la aparición del paraguayo Gil y toda su estampa en el arco del Ciclón (24 años, titular por primera vez). Un par de candidatos a la Ley del Ex: Cachila Arias y Maroni. De fútbol, lo dicho: NADA. La pasividad del 9 desanima al mejor asistidor. Y la realidad indicó, en datos, que los que más perdieron pelotas fueron, paradójicamente, los tres volantes de Russo: Remedi, Irala y el Vasco. San Lorenzo no pateó al arco en los 45’ iniciales, sólo registró un tibio cabezazo del ex Olimpija. La visita, en tanto, una escalda por izquierda que culminó en un tiro cruzado, potente y desviado. Reali no aprovechó la titularidad reconquistada en absoluto, poquito del canoso/platinado. Esto que sigue me parece dramático: el equipo extrañó un poco a Cerutti, como para marcar lo paupérrimo que resultó lo ofrecido por los elegidos de Russo. Blanco retiró sus pertenencias del club, por lo que no era opción. Y en el laberinto indescifrable de las soluciones ausentes, apellidos que duelen: Cuello, Bustos, Barrios y, uno raro y nuevo, Ladstatter con el dorsal 50.
Campi había entrado por Romaña y Luján se fue a la derecha; pongo esto porque desde el entretiempo no vinieron señales desde el vestuario. Siempre tengo un sentimiento raro cuando veo a este equipo apático: Perro Barrios no puede verlo de afuero, sólo por lo que intenta gambetear, encarar y cambiar el ritmo. El segundo tiempo se presentó con algo más de ritmo que el monótono primero. Y otro cabezazo, esta vez de Braida, a cobro de Muniain, fue una jugada que El Ciclón desaprovechó. Para los 10’: “¡PERRO Y POCHO!”, gritó Sifón. Afuera Reali, porque fue muy obvia su mala producción, y Legui, también flojo. A los cinco minutos se fue expulsado Luján por ver la segunda amarilla a pura torpeza. Y agregando más torpeza, porque así se vio: el VAR llamó al árbitro para que Luján volviese del vestuario y le mostrara una roja directa. Patético, como Lobo Medina. Señal de desconcierto puro: los suplentes seguían calentando aún sin ventanas. En San Lorenzo estamos todos quemados. Irala pagó por Luján para que entrase Herrera a tapar el agujero. Y Tigre se reveló contra su desgracia, gol a poco de quedar con un jugador más. La jugada nace en una pelota perdida de Vombergar en un pase corto a Cerutti. Y a pesar de las palabras de Moretti, considerando “insólito” que lo putearan, el estadio explotó a los 33’ para insultarlo con apellido por primera vez, creo.
Tigre manejó la pelota con criterio desde su superioridad numérica y Gil pudo meter una buena atajada a los 37’, abajo con mano izquierda. Y a los 44’ le hicieron una falta de camiseteo a Muniain, un jugador amonestado… SIGA, SIGA! El arbitraje de Medina volvió a tener tintes delictivos en las chiquitas. El Ciclón fue una bolsa de nervios durante todo el final del partido. Y, sinceramente, si ya le cuesta de arranque 11-11, empatarlo por virtudes del juego resultaba una quimera. El colmo de la tristeza fue escuchar a los presentes cantando lo de la camiseta.
Vacaciones y futuro completamente incierto. La despedida con la gente indica derrota en los últimos 3 del Bidegain. La platea cantando una cosa, la tribuna otra… TODOS contra la dirigencia, o el presidente.