Con la victoria de ayer, la banda de Ayude se anotó un poroto grande para poner un pie en los octavos del Clausura.
Cualquiera que en serio siga, vea y sea de San Lorenzo tendrá un dejo de resquemores con el comentarista Diego “Chavo” Fuchs, de extensa trayectoria y muy buen archivo de la historia del fútbol argentino. Pero ayer, para quien no pudo estar en la cancha y miró el partido por ESPN lo habrá escuchado: “San Lorenzo es demasiado grande y tiene mucha gente, es increíble la situación en la que está: teniendo tanto material y sacando siempre jugadores hay que hacer muy mal las cosas para llegar a esto”. Creo que a veces te diga esto alguien que lo analiza desde afuera, con una posición neutral, le pone otra perspectiva y nos confirma que el afuera piensa exactamente lo mismo que el hincha genuino, el socio que no tiene un afán de nada o interés creado para con el club. Y justamente ayer estuvieron reunidos en AFA muchos de los que son la cara opuesta de lo recién descrito: los que lo pusieron de rodillas, los que hicieron negocio y salieron, las basuras con algún sobre para ciertos micrófonos.

Lo que están mostrando partido tras partido los juveniles del Ciclón, guiados por Ayude y los de más experiencia, es para aplaudir desde hoy hasta Navidad. En una continuidad de lo que dejó Russo, pero más empobrecida en nombres, San Lorenzo está clasificándose a los octavos de final del torneo y en zona de pasaje a un torneo continental. No tiene ningún sentido pensar en la Copa Libertadores porque no es una posibilidad real ni tampoco abordable. Al club le pesan, no sabemos ya cuántas, inhibiciones que lo marginan de jugar en el próximo mercado de pases salvo una situación milagrosa que parece improbable atento a la escoria que conduce la institución y que ayer hizo un papelón más en el predio de AFA. Y no señalo sólo a Moretti, también le cabe al resto de los presentes con mayor o menor responsabilidad o culpa. Pasar a la siguiente instancia del campeonato y, fundamentalmente, ir a las Sudamericana es el objetivo de máxima. Caja, vidriera y premio al monumental esfuerzo del plantel.
Tras perder dos partidos seguidos, con la juventud a cuestas, más el atraso en los pagos, los escándalos día tras día, ayer San Lorenzo ganó el segundo encuentro en fila y ante un incomodísimo rival. Con uno más jugado, en la anual se ubica a 3 puntos del River que gastó 100 palos y que no nos pudo ganar en el Monumental. Los pibes tienen de qué agarrarse para creer. Y se pueden equivocar o confundir, porque son unos chicos con 15 o 20 partidos en primera, algunos más, otros menos. Con las salidas de Braida, Muñain, Irala y Russo, hoy conocemos a Gulli, Rattalino, Nacho Perruzzi, López, Rodríguez Pagano, Ladstatter y Ayude. Y vuelvo sobre lo de antes porque también tiene algo de contradictorio: sin mercados de pases posibles, aparecen de verdad las inferiores tan prolíficas que tenemos, por más pan y queso que desayunen, con lo perverso que resultó el post de aquel posteo bienintencionado. Es evidente que van a faltar cosas en la pensión de un club en el que se afanan absolutamente todo.
A dos fechas de la definición del cuadro final del Clausura, San Lorenzo está expectante y compitiendo. Se explica, únicamente, por la sobriedad del equipo y el acompañamiento, pleno de empatía, del público azulgrana.

