En San Lorenzo todos los días alguien pasa a tirar un sobre por abajo de la puerta reclamando un pago y ya nadie aclara cuáles son ciertos y cuáles operaciones.
El 21 de enero de este año publiqué en esta misma web una breve nota titulada “Tocada de culo”, a propósito de un tuit que la cuenta oficial de Instituto de Córdoba, tras la operación del pase de Braida, puso en la red como para acorralar a San Lorenzo, tras muchos reclamos de pago que llegaban a Boedo de gestiones pasadas, con el propósito de hacerse del dinero en los plazos pactados. El artículo tiraba por la borda el método de “La Gloria”, pero también alertaba que un club menor ya se le animaba al Ciclón que tantos cheques hizo volar. El título generó algo de indignación, aparentemente.
Desde entonces a esta parte, en San Lorenzo todo lo que se intentó, salió de mal a pésimo: Troglio, el mismo Braida, Centurión y hasta la oportunidad de Batalla en Copa Argentina. Se levantó la inhibición chilena, eso sí fue algo necesario para tratar de destrabar lo que ya venía saliendo mal (Cetto, Montero, la salida de Ramírez y los Romero, muchas cosas). Y nadie dio las explicaciones del caso, nunca.
Alguna vez le comenté a un dirigente importante que me parecía un buen indicador de éxito de gestión la cantidad de apariciones mediáticas (radiales, televisivas, en eventos) y le pareció gracioso el método. Pues bien, en San Lorenzo los principales hacedores de lo que a ellos mismos no les molestaba llamar como “la mejor dirigencia de la historia del club” dejaron de aparecer, no dieron más notas y ni siquiera hicieron conferencias de prensa o, mínimamente, comunicados oficiales. Confirmé que mi método era muy eficiente para medir el éxito.
Pero, yendo más profundo, el éxito deportivo, evidentemente, no tiene siempre un correlato en el banco; o no cuando hay situaciones viciadas. El título no tiene carácter acusatorio porque no me toca a mí juzgar, ni tengo las pruebas para hacer tal cosa. El encabezado remite al modus operandi que el gran Ramón Diaz, con su pícara sonrisa, ejecutaba con sus hijos mientras fueron jugadores: cuando el Pelado metía un triunfo de los pesados, al siguiente partido te ponía a Michael o Emiliano, con total “impunidad” o desparpajo. Pues bien, me pregunto si tantos e importantes logros que tuvieron los salientes dirigentes no les dio espacio a ciertos deslices.
Lamentablemente, a escasos días de encarar un nuevo torneo, que puede marcar un futuro muy delicado para San Lorenzo, muchas de las situaciones que en su momento la dirigencia dijo que eran de una manera, resultaron siendo de otra y el Gallego Insúa, que ni siquiera dirigió un partido, ya parece en jaque. Y no por su gestión, sino por la de los recursos que administra. Dos ejemplos (aunque hay muchos más) me hacen ruido en la cabeza: el primero es molinete de salida que Agremiados resulta para jugadores con deuda y el segundo, de nuevo mezclado con cámaras y promesas, las declaraciones del Troglio saliente, cuando una vez afuera del club dijo que tras la Copa de La Liga tenía la certeza de que le traerían refuerzos para rearmar el plantel y hacerlo competitivo. Parece que esto también fue un blef.
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