Fuimos a Avellaneda a colgarnos del travesaño, a buscar el empate, una locura; había que ganar o aunque sea mostrar actitud. Es una lástima que el apellido Albrecht en la espalda no los haya servido como incentivo como para comerse la cancha, no merecen usar ese apellido tan importante de la historia azulgrana, ni para un homenaje. Una vez más regalamos el primer tiempo e inexplicablemente el primer remate claro fue de Julian Palacios a los 37 minutos, eso si; se fue por arriba del travesaño, pero no hay que caerle al pibe.
En el segundo tiempo esperamos un cambio de actitud, pero nos hicieron el segundo sacando desde el medio, nefasto. A pesar de eso, Dabove eligió poner a Troyansky y a Salazar. Querido Diego, ¿Para que entró Herrera? ¿No podías poner dos delanteros? Digo, teníamos que hacer un gol y todavía no habíamos pateado al arco. En el final empezamos a levantar, de a poco, tímidamente. Lamentablemente el cabezazo de Troyansky que reventó en el travesaño no entró, la pelota quedó en la línea y Gattoni no pudo descontar. Se terminó todo en la Liga, perdimos y quedamos eliminados de un torneo más.
Nuestro amado San Lorenzo se fue rápido de la Copa Argentina, Copa Libertadores, Copa de la Liga y está obligado a ganar todo en la Sudamericana. Mirando como jugamos, lo dudo, aunque la fé se mantiene intacta.
En momentos como este me acuerdo que criticábamos el pésimo juego con Soso, pero ¿el de Dabove es mejor?