El equipo de Almirón consiguió el mejor triunfo del año, bajó a Palmeiras y agrandó sus chances de pasar a octavos de Copa Libertadores.
Había que ganar y se ganó. Pero había que ganar para ser primeros, no para salir del fondo de la tabla… La doble realidad de San Lorenzo es llamativa y difícil de explicar: pena en el fondo de las posiciones por Superliga y, en contraposición, ahora es puntero de su grupo con 3 fechas de copa jugadas.
San Lorenzo, según señaló su DT en conferencia, acumula “5 partidos consecutivos sumando entre torneo y copa”; un mini invicto, digamos, que sirve para afianzar autoestima y seguir trabajando. Pero lo de ayer fue algo diferente a lo mostrado hasta aquí en el sentido que el rival de turno es de primer nivel continental: semifinalista de la pasada edición, grande en Brasil, plantel y presupuesto de primera línea y técnico campeón del mundo. Felipe Scolari, de hecho, también elogió la actuación del Ciclón: “Hay que respetar al fútbol argentino, hoy jugaron con mucha tensión y personalidad; nos superaron”.
Entonces, cuando una eminencia del fútbol mundial hace notar un funcionamiento positivo, uno descansa un poco en que el análisis es atinado. Ayer San Lorenzo funcionó muy bien como equipo en orden a solidez y concentración. “Partido de persecuciones”, dijo Almirón, y fue tal cual: muchas parejas y duelos personales en distintos sectores de la cancha. Lo de anoche hizo recordar a los mano a mano de la segunda ronda: estudio minucioso del rival, achicar el margen de error al máximo, no regalar nada y dar el golpe en la situación que se presente.
Certezas para concluir, un par. El equipo titular es el de ayer, con algún retoque en los laterales o modificación en la posición que ocupó Reniero. Se dejaron ver movimientos que empiezan a salir mejor con los laterales haciendo diagonales y abriendo el juego al extremo o volante del sector; así llegó el gol de Herrera y no es la primera vez que ocurre encontrarlo en esa posición.
Tal como dijo el técnico en conferencia, el debe es mejorar arriba: “Es mi responsabilidad darle recursos a los jugadores para generar más oportunidades de gol y concretarlas”. Blandi “se fajó” con los centrales, como se dice, pero fue reprobado casi por toda la cancha en un par de situaciones en que jugó mal la pelota; esa es la otra posición que podría tener variantes según el partido a mi parecer. En lo individual creo justo remarcar la actuación de Raúl Loaiza, bien metido entre los centrales para desplegar al equipo en las salidas y en modo pac-man para agarrar rebotes y colaborar con el cuadrado que delimita su posición: Coloccini-Senesi-Castellani-Martínez.
San Lorenzo hizo su negocio y lo mejor fue el cómo. Es puntero y espera por Melgar, en el comienzo de las revanchas de la fase de grupos. El equipo peruano derrotó por la mínima a Junior (que perdió todos sus partidos) y se juega mucho de su suerte el martes próximo en Bajo Flores.
Presentado por Farmacias La Santé
