SORPRESA

San Lorenzo le ganó 1-0 a Talleres en el debut con un golazo de Vombergar y un partidazo de Gill.

San Lorenzo saltó a la cancha sin su capitán, que se irá a España a recuperarse de la lesión, según consignan los cronistas que cubren la diaria, cosa con la que no estoy para nada de acuerdo, y la cuestión es que el rasgo del equipo fue justamente la falta de un líder. El dibujo de los partidos preparatorios, un par de apellidos distintos y una actitud opuesta desde la tenencia y el protagonismo. Se entiende que Talleres tiene más rodaje, conocimiento y plantel, pero lo del Ciclón fue muy liviano en la primera mitad. Y acá aclaro que en la urgencia mediática, lo que antes escribíamos para publicar al día siguiente con una corrección nocturna, hoy se redacta casi en vivo. San Lorenzo fue incompleto, escaso, casi pobre. Si el equipo fuera una familia, no llega a fin de mes. Porque si los apellidos de más experiencia no ponen la cara para conducir a los chicos va a ser un semestre complejo. Cerutti tuvo un mano a mano inmejorable a pase de Cuello y le regaló literalmente la pelota a Herrera; iban 15’. Talleres tuvo más y mejores, porque los de Russo fueron tibios en todas las líneas: a los delanteros les faltó definición, a los defensores marca férrea y a los volantes presión, quite y conducción. El Herrera del costado más sobrio que el central, Báez mal con la pelota y las coberturas. Bien el arquero, Romaña y Cuello. Los demás hicieron una primera etapa insuficiente. 

En la segunda parte la cosa se puso peor. La postura del equipo fue la de ir ganando y esperando para salir de contra. Pero San Lorenzo no iba ganando… A los 5’ del segundo tiempo, Talleres ya había pateado al arco de Gill con bastante peligro. Y el dominio visitante fue casi total. El arquero paraguayo metió una atajada descomunal a mano derecha ante un remate de Bustos que tenía destino de ángulo. Al rato una tijera del ex también pudo ser gol (pasó a centímetros). A los 28’ pararon a tomar agua y Russo reacomodó un poco las piezas recién ingresadas: Cecchini por Irala, de muy mal partido, y Vombergar por Cuello. Reali tuvo una casi chance de gol pero eligió mal a la salida de un córner: se puso de zurdo cuando tenía tiempo y espacio para rematar al arco en vez de ensayar un buscapié con izquierda. Entre los del fondo, Pitu Herrera levantó el nivel y tuvo un par de quites de categoría. Y a los 36’ un milagro en Bajo Flores: Braida yendo como lateral (salida rápida y premium de Cecchini), levantando la cabeza y encontrando a Vombergar en la medialuna. GOLAZO, con ayuda, pero golazo! Y en este San Lorenzo vamos a necesitar ayudas todas; ligero desvío en los que quisieron tapar el tiro para que la trayectoria del balón se alejara aún más de un Herrera a contrapie. Antes del gol, Gill casi queda a mitad de camino y le regala el gol al visitante. Los últimos minutos fueron de repliegue y equilibrio, incluidos los minutos de adición. ¡Y Gill estuvo atento como toda la tarde para ir al piso en la última! 

¡Y San Lorenzo empezó ganando! Y con la valla invicta. Y la camiseta Atomik metió terrible estreno, Vombergar se sacó la mufa con un golazo y la gente se llevó un premio espectacular en la tarde de sábado.