Sin ideas y muchos errores

Podemos entender que el rival juega y hasta es superior a nosotros, pero lo que es difícil de comprender es como San Lorenzo tiene tantos errores por partido. El encuentro terminó con el golazo de Ascacibar a los 21 minutos del pitazo inicial. Ahí, todos supimos que volvíamos a casa con las manos vacías: no hacemos goles y encima regalamos posibilidades a los rivales. Imposible ganar.

El Ciclón comete errores que podemos tener en un partido entre casados vs solteros. La pésima salida de Batalla en la previa del gol del Pincha, el resorte en el pie de Leguizamón y las faltas innecesarias de Bareiro en la mitad de la cancha son realmente imperdonables. Pero no solo es eso: tiro libre para el CASLA desde tres cuartos de cancha con Hernández, Campi y Gattoni en el segundo palo, y el Perrito (el único jugador que pone lo que hay que poner) ¡la tira al primer palo! ¿Cómo puede ser? El equipo no muestra ganas, se quedó sin nafta hace tiempo y ahora, está quedándose con el tanque de gas vacío. El juego que propone el conjunto azulgrana es lento y aburrido. El mediocampo no propone y se dedica a tocar las pelotas de forma horizontal o para la defensa. Créanme: si al partido le sacaban el marcador y no sabías el resultado, parecía que San Lorenzo estaba ganando. Siempre se regalan los primeros cuarenta y cinco minutos, inexplicable.

El segundo tiempo empezó mejor y ganamos dos veces en el área pincharrata: cabezazo de Bareiro que sacó Andujar y al minuto, uno de Gattoni. ¿Por qué no se intentó eso al principio? ¿Por qué San Lorenzo no busca desde el primer momento? Con el correr de los minutos entró Maroni, un jugador que, con minutos y confianza, puede desequilibrar mucho en la mitad de la cancha. A partir de ese momento, el CASLA se adueñó de la pelota y fue el mismo Maroni que le puso la pelota en la cabeza a Bareiro para que empate el partido. Sin embargo, a partir de ese momento el Ciclón volvió a jugar como en el primer tiempo y perdió la pelota. Sobre el final, Campi cometió un penalazo y Batalla redimió su error en el gol del pincha y salvó la derrota azulgrana.