Ezequiel “Chimy” Avila, ex San Lorenzo habló con Fox Sports Radio sobre su vida y su presente futbolístico en España.
El jugador de 26 años que brilla en el fútbol español estuvo a punto de ir al Barcelona y ahora suena en el Inter, tras los rumores de la venta de Lautaro Martínez. A pesar de ser un excelente jugador, el chimy dejó en claro: “Ni yo se como llegué a Europa, me dieron una valija y fui” y agregó: “En San Lorenzo generé una excelente relación con Leo Franco y antes de que venga Aguirre, el se fue al Huesca. Leo se retiró, comenzó a trabajar en la dirigencia y me vino a buscar, pero Diego me pidió que no me vaya, así que me quedé. El tema es que como no jugaba mucho me fui a préstamo”.
Por otro lado, el ex San Lorenzo se lamentó por la lesión que sufrió ante el Levante (rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda): “Si no me lesionaba, entraba como un tubo al Barcelona. Al principio no se podía dar porque no pertenezco a la Unión Europea, pero si ellos vendían a un jugador extranjero o si se lesionaba alguno, podía ir. El tema es que tuve mala suerte y me lesioné yo..después Dembélé”. Agregando su bronca por la lesión, el jugador habló sobre el sueño que tuvo en su infancia: “Mi sueño era salir del barrio y no trabajar 12 o 24 horas. La lesión es un obstáculo más de todas las cosas que me pasaron”.
Chimy afirma que, a pesar de ser joven, mira hacia atrás, piensa en sus comienzos y en los valores que quiere dejarle a su hija: “Yo miro para atrás y veo la vida que tuve, eso me da fuerzas para seguir adelante y no volver al pasado. Yo quiero darle el ejemplo a mi hija”.
Ávila reconoció su lealtad al Osasuna, su equipo actual y a toda la afición del equipo español: “Yo me debo al Osasuna que es el que me paga el sueldo, no al Barcelona, Madrid ni Inter”. Para finalizar, contó lo que le sucedió a los 18 años: “En Tiro Federal se me acusó de algo que no hice. Me acusaron de robo calificado y tentativa de homicidio al presidente del club, pero hace poco se me declaró como inocente”. Además, contó como fue su vida ya que tuvo que dejar el fútbol profesional: “La policía me vigiló durante un año y medio, yo solo podía salir a trabajar. Como no conseguía trabajo le pedí a mi primo el carro y su caballo. Después conseguí trabajo como albañil”.
