San Lorenzo necesitaba ganar y, para su tranquilidad, liquidó el partido en los primeros minutos de la tarde en el Bidegain.
La semiótica es la disciplina que se ocupa del estudio de los signos; o sea, la carga significante de algo. Así, todos sabemos que el rojo del semáforo es detención, el humo posibilidad de fuego cercano o que Zapata y Ortigoza vayan a festejar un gol con Montero, que lo bancan y quieren reconstruir.
Algunos hinchas se tomaron la licencia, tan de moda en CASLA, de objetar a Ortigoza en sus declaraciones. Llamativo. Seguro se quejan también del periodismo que nos inventa cosas o remueve internas. Bueno, es como cuando el público local hace el “UH” por una patada fuerte. Encanarnos solos no es muy piola. Digo, cada uno opina y actúa como le parezca. Pero bueno sería que no generemos nosotros lo que objetamos a otros; por ejemplo: a la dirigencia.
En el juego, el partido se destrabó y liquidó rápido. Mejor receta imposible para cortar una mala racha. Los puntos altos o valorables, para mí: valla invicta, gol de Zapata, Cerutti más suelto, gol de Di Santo para amigarse con la red y el muy buen partido de Fernández Mercau. Uva siempre cumple, a su modo.
En tren de señales: los tres festejos tuvieron significados. Uva con descarga y mostrando la camiseta, Zapata abrazando al cuerpo técnico y Di Santo sacándose la mufa de la última del primer tiempo. Triunfo clave, ahora hay que confirmar.