SAL LORENZO

Que fuera lunes y a los 23 segundos Campi despejase el primer pelotazo a la nada y la pelota se fuera al saque de arco de la calle San Blas fue una señal inequívoca. Un presagio contundente para lo que tuvimos que ver en el primer tiempo. El equipo de Russo fue tremendamente pasivo e inexpresivo. Y agregado a esto, que a los 6 minutos pase el primer atacante del Bicho por izquierda, tire un centro bajo malicioso y buscapié, que Romaña le meta la punta del botín de camino y se le cuele por el primer palo a Chila es una piña que este San Lorenzo tibio y alicaído siente mucho en su ánimo. Tarde muy cuesta arriba a todo nivel: a los 23’ Cuello chocó contra un cartel de la estática lateral y se rompió la nariz por el fuerte golpe. Al punto que Russo mandó a Vombergar a la cancha, atento a la hemorragia y la conmoción del 28. Basta de Andrés, Miguel. Por favor. En un club pobre no se puede ni pensar en tener un suplente que se lleva un palo dólar, es inaudito. A veces Vombergar está más en el suelo que Yeison Gordillo (es un montón). Desde su vuelta sólo hizo un gol de penal. Volviendo al juego, San Lorenzo padeció toda la tarde el costado que cubrió Tripichio… Y la zona media en general: Sosa, Irala y el Vasco no pararon a nadie. Lo único de cara al arco del Ruso Rodríguez fueron dos tiros de afuera de Iker, uno malo y uno muy bueno, que pasó muy cerca del segundo palo. 

Sin ventana, Legui a la cancha por Campi (lindo cambio en la previa) para ir por afuera y buscar el partido: al mismo tiempo la intención de ocupar mejor los espacios en defensa. Antes del minuto Irala ya había regalado una pelota en zona media y propició un avance de gol del Bicho. Cuesta creer que se hablara de muchos clubes europeos interesados en Elián. Y llegó el primer regalo del anfitrión de salida: intención de salir por abajo y pelota que le quedó al Vasco… Toque rápido para Vombergar y definición lamentable del 9. A los ocho minutos El Ciclón llenó todo el formulario para comprar las salinas grandes de Salta: el gol que pierde Leguizamón a 2 metros del arco no puedo narrarlo. Pero el ataque fue bien concebido y la jugada muy buena. Antes de los 20’, cambio doble: Bustos-Reali por Vasco-Pocho. Qué sé yo… Muniain fue el único que en el primer tiempo preocupaba al rival y que en el inicio del segundo siguió dándole buen destino a la pelota, pero quizás por el desgaste del Monumental… Cerutti, para quién comenta, puede salir del club mañana mismo. San Lorenzo hizo más pie en el complemento y puso gente en campo rival. Bastante mejorada la imagen, en un contexto de fútbol livianito. Así y todo, los cambios le hicieron muy mal al equipo y Argentinos creció, al punto de desperdiciar un par de situaciones para rematar el resultado. San Lorenzo perdió a su comandante sin el Vasco: nadie indicaba el camino ni tomaba la posta. Tomó nota, Miguel, era muy evidente que faltaba esa función, así que Perro al campo. Otra señal compleja: Tripichio, un tipo muy criterioso, jugó mal con ganas. A los 40’ Leguizamón le siguió metiendo ficha al lunes negro con un tirito de derecha que también tenía olor a ciclo cumplido (si le sumamos el horror del área chica arrastrando la pelota y devorándose el empate). Last chance: Bustos hizo un pase filtrado fantástico para Vombergar y le hicieron falta. Tiro libre mandado a hacer para Bustos que lo pateó muy mal y a la salida le quedó un cabezazo mano a mano que cabeceó peor todavía. 

Otra deslucida actuación de San Lorenzo que no hace más que preocuparnos comentario tras comentario, partido a partido. Viernes a la noche se despide el año contra Tigre, de los peores de 2024, en casa. Ojalá tengamos una alegría. La gente se la merece.