Las turbulencias institucionales en San Lorenzo no dan respiro. Las idas y vueltas en los pasillos del Nuevo Gasómetro, los mails que nunca llegan y la constante tensión dirigencial componen una novela que parece no tener final. En ese marco, este martes se confirmó que Julio Lopardo presentó su renuncia al cargo de vicepresidente del club, aunque continuará como vocal dentro de la Comisión Directiva.
La decisión de Lopardo marca un nuevo capítulo en el delicado momento que atraviesa la conducción azulgrana. Su salida como vicepresidente no sorprende, ya que desde hace semanas venía deslizando su posible alejamiento ante la posibilidad de que Marcelo Moretti retomara su cargo como presidente del club. En aquel entonces, tanto Lopardo como otros directivos oficialistas habían anticipado que su regreso provocaría un efecto dominó de dimisiones.
Hasta ahora, no hubo definiciones concretas respecto a la situación de Moretti, quien continúa con su licencia. Desde la AFA no hubo un pronunciamiento oficial, pero trascendió que le darían luz verde para volver a ejercer la presidencia de San Lorenzo. Tampoco hubo avances judiciales sobre las investigaciones que enfrenta el dirigente por presunto cobro de coimas, administración fraudulenta y la supuesta financiación de viajes de la barra brava. La causa sigue abierta en la justicia nacional, sin fallos que aclaren el panorama.
Mientras tanto, la interna en Boedo se recalienta. Con la salida de Lopardo de la vicepresidencia, cargo que había asumido a pedido de sus compañeros de CD tras la licencia de Moretti, el reacomodamiento de piezas en la cúpula dirigencial ya comenzó. Resta saber qué decisión tomarán los demás miembros de la conducción, en un escenario plagado de interrogantes.
Por ahora, San Lorenzo navega entre la incertidumbre política, las tensiones internas y una dirigencia que aún no encuentra el rumbo claro para salir del desconcierto.