Pariendo paridades

San Lorenzo volvió a empatar y ahora recibe a uno de los punteros. ¿Cuál es el punto de equilibrio de esta ecuación gobernada por igualdades? 

“Nos faltó presencia en el área rival”, dijo Insúa ayer en la sala de conferencia del Tomaghello. Y en otra respuesta agregó que “la última media hora pusimos toda gente de ataque”. Bueno, pues no fue así siendo que Leguizamón ingresó cuando faltaban 24’ y Martegani tuvo 19’ en cancha sin contar el descuento, que fue de 4’. Es una evidencia y no un descubrimiento que a San Lorenzo lo que más le cuesta es la creación de situaciones de gol con jugadas elaboradas, pero también es una realidad que los jugadores más desequilibrantes tienen muchos menos minutos que los aplicados o corredores. También es cierto que el equipo tiene más puntos de los imaginados en lo previo y que ganó en seguridad, pero es imperioso que el técnico empiece a buscar nuevas alternativas de ataque. Y esto no se agota en “el plantel es corto, pone lo que hay”, porque la evidencia de los minutos para Martegani y Leguizamón antedicha es una posible solución a probar con más confianza.

Vombergar siempre a los costados

Bareiro no hace un gol desde la fecha 9 y la próxima es la 18: es mucho para un delantero de terminación de jugadas. ¿Cuándo tendrá Vombergar la chance de empezar el partido en todo el frente de ataque? O al menos un tiempo completo para Martegani o Leguizamón que son más desequilibrantes que Méndez/Elías o Cerutti, respectivamente. Los hechos no sustentan los dichos y la apuesta ofensiva nunca le gana la pulseada al equilibrio en la propuesta del entrenador: los apellidos y esquemas con más minutos son irrefutables. Por eso la pregunta de hasta cuándo tiene mérito o rentabilidad tanto empate de cara al futuro (por copas o descensos). 

Hasta acá San Lorenzo tiene 5 triunfos, 3 afuera (Central Córdoba, Argentinos, Racing) y 2 en casa (Boca, Platense), con el plus de que 2 victorias fueron en partidos clásicos que ganó con autoridad. También le ganó bien al Calamar y los otros fueron de trámite parejo. Varios empates pudieron ser triunfo y hasta en las dos derrotas el partido fue favorable en algunos pasajes, pero a San Lorenzo le cuesta generar y definir. En resumen, a mi manera de verlo, tiene lo que merece por no arriesgar casi nunca. Casualidad o no, la proporción de triunfos sobre partidos jugados tiene similitud con los minutos que juegan, en promedio, los jugadores más ofensivos.

Predomina la contracción al esfuerzo

Insúa logró asentar al grupo y revaluar jugadores, San Lorenzo dejó de ser un equipo presumiblemente perdedor, ahora le falta la parte de la audacia y la creación de escenarios más generosos para con los encargados de facturar en el arco de enfrente. Es lo más difícil, pero ya tiene más de medio torneo de trabajo encima. Nobleza obliga, las decisiones dirigenciales no lo ayudan en lo deportivo para nada.