Moretti y los errores no forzados.

Tras un año y medio de gestión, el ahora licenciado presidente de corre de la escena. 

Es muy difícil sentenciar. Marcelo Moretti se cansó de decir, en la campaña para ser la máxima autoridad del club, que se había preparado a tal fin. A la luz de los hechos, cuesta creerlo. Son demasiadas las situaciones de debutante que lo exponen. Por un lado podemos citar todas las promesas de campaña que al momento no se han verificado. O si se cumplieron parcialmente, hacen agua por otro lado; el ejemplo de Atomik me parece el más elocuente. Prometió una marca europea y terminó siendo una nacional que, si bien le metió una vuelta inteligente al diseño de las camisetas, terminó floja de papeles en cuanto a la cantidad de ropa para inferiores y ni hablar en los locales para los hinchas.

Moretti insiste en que construirá el estadio Papa Francisco

Puede pensarse, no pequemos de inocentes tampoco, que esto es una operación porque, como lo dijo en varias notas, aparece el video al día después de la muerte de Francisco y su exposición con las imágenes por el nombre del estadio y demás. Yo no descarto esta hipótesis, por los que están del otro lado del mostrador. Ahora bien, volviendo a la cantidad de errores no forzados, la situación con el pase de Reali y esa transferencia trunca, el sobreprecio y el destrato de Vila, con justa razón, que ensucia el nombre del club. Y el gran tema acá es este: todo, de un lado u otro, deteriora a San Lorenzo. Porque cuando no es el presente errante, es el pasado en off side y el tendal de inhibiciones. 

La mujer del video en cuestión

Por otro lado, en la misma dirección de una inocencia exagerada, es vox populi y moneda corriente que las tranzas y sobornos son parte de la cocina del fútbol local. Porcentaje para el representante, técnicos que le piden dinero a las familias para poner juveniles, dirigentes que son dueños de pases, viajes pagos para los hinchas caracterizados (expresión maravillosa de nuestro fútbol) y así los casos más inimaginables. Entonces el pecado mayor de Moretti es que lo hayan pillado y no que lo haya hecho. Después la justicia deberá definir si fue una donación o qué fue. 

La conclusión más obvia es que Moretti no se preparó lo suficiente, o lo hizo mal, o mintió. Y vuelven los ejemplos: el contrato de los gimnasios para la sede de avenida La Plata, que iban a traer refuerzos de jerarquía, que ir al Gasómetro iba a ser una mejor experiencia, el desatino con Gallego Insúa, la improvisación con Romagnoli, etcétera. 

Licencia e incertidumbre. El sábado jugamos con el puntero y Russo tendrá que seguir blindado al plantel del incendio permanente que resulta la gestión dirigencial. Ojalá sea lo mejor para San Lorenzo, o al menos mínimamente dañino.