Montero debe

Por la emergencia Covid 19 todo está trastocado y light en orden a presiones, pero es muy difícil de entender la presencia de Cerutti en lugar de Sabella en el primer equipo.

No hay manera de justificarlo. Es mi primera oración y el resumen del desarrollo que presento a continuación. En orden a la introducción del copete, es evidente que ganando 1 de 7 ya hubiera sido fagocitado por el Bidegain pidiendo su cabeza. Pasa que pandemia. Ver caso Soso, similitudes muchas.

Ezequiel Cerutti intimó al club con cartas documento, prefirió correr solo alrededor de una cancha para seguir cobrando porque, claro, no hay ofertas por un jugador tan inofensivo. Pues bien, atento a la malaria, Montero habrá pensado “que de quede, quizás algo bueno propone”… Pues no, nada bueno. Y para peor, el DT en micrófonos lo mima y valora vaya a saber uno por qué. Porque por lo visto en cancha, le sobran minutos en todos los partidos.

Sabella, una de las dos apariciones auspiciosas (la otra es Fernández Mercau), no es delantero y tiene dos goles. Tira buenos centros y cubre bien la pelota, se entiende con el lateral de su banda y hace el carril a pesar de ser un jugador más interior.

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En contraposición, Cerutti no pisa el área, no hace goles, tira centros livianitos, elige mal las jugadas, hace varios fouls por partido y tampoco asiste. Uvita Fernández es el goleador del equipo y también el mayor asistidor. Franco Di Santo, de bajo nivel también, al menos ya ha convertido y está más en la zona de definición.

Bueno sería que algún colega le pregunte al uruguayo en alguna de esas, ya inentendibles, conferencias con peguntas vía redes o web qué es lo que para él aporta Cerutti al equipo. A mi modesto modo de ver y analizar, poco o nada. Y los ítems fueron detallados, pero puede que haya obviado alguno. Sacarse un tipo de encima a la salida del círculo central lo hace cualquier jugador de primera. Inclusive Herrera pisa más el área que el 7.

En fin, quizás la presencia de Cerutti es uno de los objetivos que la dirigencia le pidió a Montero. En San Lorenzo todo está cubierto por un manto de dudas o sospechas.