Diego Monarriz, entrenador de la Reserva de San Lorenzo, habló de su experiencia como DT en Primera División, y recordó su etapa como jugador.
Su enorme labor en la Reserva azulgrana, con la cual obtuvo la Superliga y la Copa de la Superliga, lo llevaron a dirigir el plantel profesional tras la renuncia de Juan Antonio Pizzi. Posteriormente, luego del triunfo en el Monumental ante River y la imposibilidad de contratar a Néstor Gorosito, fue confirmado en el cargo por la dirigencia; pero el flojo rendimiento del equipo y los últimos resultaron provocaron su salida consensuada.
«Mi experiencia en la Primera de San Lorenzo fue extraordinaria y siempre tuve el apoyo del club, pero nunca tuve dudas que lo mío iba a ser tomado como un interinato»
«Me pude haber quedado, pero preferí dar un paso al costado porque estaba sufriendo. Hay cosas que viví y nadie me borra de la cabeza lo vivido. No guardo rencor».
«Siempre tuve el apoyo del club, la comisión directiva y los futbolistas. Tanto Matías Lammens como Marcelo Tinelli me ratificaron que era el entrenador y confiaban en mí», manifestó en el programa radial «Queremos la Copa», por FM 94.7.
Respecto a su función en las divisiones formativas, Monarriz repasó: «En el 2002 comencé mi camino como entrenador. Pasé por las juveniles de River, estuve seis años en Vélez durante la etapa Gareca y en Central con Coudet. De ahí fuimos a México y al tiempo volví a SanLorenzo».
«Se cumplieron todos los objetivos que puse en mi carrera, incluso algunos que nunca me propuse. No puedo pedir más nada. Vuelvo el tiempo atrás, cuando iba con mi viejo a la cancha de chico y es muy loco ver lo que logré», destacó sobre su carrera.
Por último, confesó que como futbolista le quedó una cuenta pendiente: «Me hubiese vuelto loco jugar en el Nuevo Gasómetro, pero no llegué. Más allá del dolor, la gente de San Lorenzo siempre fue de ir para adelante y alentar con todo. Son pasionales y te bancan a muerte», sentenció.