San Lorenzo cayó derrotado 3 a 0 en la bombonera y el miércoles recibe a Junior por Copa Libertadores en el Pedro Bidegain.
¿Cuántas veces escuchamos la palabra paciencia en lo que va del año? ¿Cuántas veces le pediste reacción dentro de la cancha, en el banco de suplentes y hasta a ese amigo desconocido de la popular?
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Estamos viendo como San Lorenzo cae, despacio, en cámara lenta. Le gritamos que se despierte, lo movemos para que se despabile y se dé cuenta que se está por dar un terrible golpe contra el suelo y no, no hay caso. San Lorenzo está inmerso en un método somnoliento de un estilo que, al menos en CASLA, no funciona.
¿Es nuevo? No por supuesto que no. Esto se anunciaba o por lo menos se veía venir. Desde las contrataciones increíbles de los últimos mercado de pases que se grita que la situación es inviable. Que algo se va a romper, que esto es insostenible, pero nadie quiso oír o al menos interpretar para dar un giro.
El resultado de anoche en la Boca fue otro cachetazo, pero no solo para seguir hundiendo más el barco. Duele y jode a la moral, pega en el orgullo cuervo la falta de motivación, de saber que nadie se hace cargo. Las expulsiones en medio de un clásico, infantiles que desnudan la falta de compromiso para con la camiseta. Esa que te enseño tu viejo cuando eras pendejo y te contaba lo que eran los camboyanos, cuando tu abuelo te hacía imaginar a Jacobo Urso cuando dejó la vida por los colores.
¿Se puede perder? Claro que sí, pero de pie, nunca como si a nadie le importase. Jamás pensando en que, a lo sumo, se pierden tres puntos, porque el fútbol no solo es la pelotita que entra(a favor o en contra) y menos si se viste la camiseta azulgrana, la del ciclón.
Uno recoge lo que siembra, dicen… pero si de culpables se habla la lista se llevaría un pergamino en caracteres. Se viene la copa Libertadores el miércoles y es momento de que el gasómetro hable nuevamente, que griten los cuervos que con esta camiseta hay que ir para adelante.
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¡Paciencia ya no más! Resultados es lo que importa, pero con jugadores que demuestren que quieren al club, con hambre y sed de gloria. Y a vos amigo desconocido de la popu o platea, te invito a llenar el Bidegain para demostrar que el hincha es irreprochable, que el sentimiento no se negocia ni acompaña por plata, lo hace por amor a la camiseta y al menos intentar que les llegue el mensaje, intentar que los jugadores y cuerpo técnico, “lo sientan igual que yo”.