Montero plantaría a su particular San Lorenzo, que no suma ni pelea mucho los partidos, otra vez, en la casa de uno de los mejores equipos del país y el continente.
Casi siempre cuando uno anda mal con algo, trata de frenar y hacer un análisis o diagnóstico de situación para acomodar las piezas distinto y ver de ordenarlas de una manera más virtuosa o eficiente. Bueno, Paolo Montero sigue “ofreciendo” la misma receta, pero sólo cambiando nombre por nombre cada vez que alguien se lesiona. Nunca sorprende, nunca reacciona a tiempo, nunca.
Hoy San Lorenzo saldría al Monumental con ese dibujo con el que cosechó el 33% de los puntos jugados desde el partido con Patronato cuando debió dejar el cargo, pero nadie tuvo la suficiente autoridad, seguramente por falta de un plan B y el pretexto de no repetir los errores contractuales del pasado. Pero en el club se equivocan en casi todas, entonces ya hay que empezar a tallar en el mal menor. Digo, está mal echar antes de tiempo, ok, pero también estuvo mal elegido el entrenador.
Pues bien, yendo al fútbol, me cuesta imaginar a Zapata lidiando contra los atacantes y el ritmo de River, pero ojalá haga su mejor partido y nos demuestre porque jugó en Milan. O volver a ver a Peruzzi de falso central, que no es más que amontonar gente sin mucho concepto. Saludable sería explotar lo mejor de cada jugador y, mal que mal, Peruzzi tiene buena llegada o recorrido por la banda hasta que se lesiona. Y así sucede con varios puestos, lo vemos todos los partidos. Hoy San Lorenzo debería hacer un partido perfecto en concentración, precisión y cobertura de espacios para disimular su falta de plantel y mal pasar. Difícilmente pueda hacer pie Ortigoza, pero no tanto por su condición, sino por el entorno. Porque en River sigue jugando Enzo Pérez en gran nivel, porque alrededor todo funciona.
Desde las 20:15 se cortan clavos frente a la caja boba. Veremos.