Exitoso y pobre debut

En cancha de Lanús, por 16vos de final de Copa Argentina, el San Lorenzo de Ayude empezó su era con el pase a la próxima instancia tras empatar 0-0 y ganar la tanda de penales.

Mientras miraba el primer tiempo, nada vistoso, en un momento dije: Qué duro va a ser ver a San Lorenzo hasta fin de año. Porque mientras los de Ayude trataban de entrarle al Quilmes de Duscher, pensaba que se fueron 3 titulares habituales, como Muniain, Braida e Irala, y nadie ha llegado. El cronista de la transmisión leyó los suplentes y hay menos todavía de lo que tenía Russo. El nuevo DT ya manifestó que espera la llegada de refuerzos, lógicamente. Lo exhibido en cancha de Lanús durante los 45’ iniciales fue la nada misma, el equipo no generó una sola situación de gol y, además del penal fallado por Vombergar, el único remate fue un tirito de Cerutti. En una realidad de vacas flacas, despilfarrar un penal es un pecado capital. Iban menos de 25’ cuando el 9 erró su primera ejecución de pena máxima. Quilmes cubrió mucho el área de su arquero pero cuando salió de contragolpe lo hizo con mucha gente y bien. Quizás lo más novedoso en el equipo azulgrana fue el adelantamiento de los centrales que dejaron en posición adelantada a los delanteros quilmeños bastante lejos del área de Gill, quien dicho sea de paso, tuvo una pésima salida en un córner que los defensores santos tuvieron que sacar sobre la línea. Bochazos largos de Nery o Perruzzi buscando a Cerutti o Cuello, otra cosa que se repitió. Pobre lo del Ciclón. La presentación de Gulli apenas destacó por esa patada casi de expulsión. 

Al complemento sin cambios. Facundo Gulli fue el primero en salir, para ver el ingreso de Insaurralde, cuando iban casi 20’ y 5 no se jugaron porque una bandera en el alambrado de la parcialidad rival se prendió fuego. Atrás de ese cambio Cuello anticipó en un centro de Pocho y fue un intento de aproximación; pero todo muy livianito. La variante del técnico le dio algo más de libertad a Tripichio. A falta de 22’ para los 90, Quilmes se quedó con uno menos por la doble amonestación del número 3 que iba todos los tiros contra Cerutti. A pesar de la diferencia numérica, Ayude no cambió nada en apellidos y tampoco en la forma: los mismos 4 atrás y siempre tirando centros previsibles. Quedó muy en evidencia la falta de un creativo o buen pasador. Perruzzi me pareció el mejor en cada intervención y decisión. Lo de Cerutti como generador de faltas y tarjetas también es destacable; no así sus centros. Insólito que Cuello y el 7 quisieran gambetear insistentemente teniendo el jugador de más. Y que Ayude pusiera a Salinardi a los 87’ a mí me llamó la atención. Y volvió a evidenciarse la falta del media punta por adentro cuando el arquero de Quilmes dejó ese rebote bajo muerto que pasó por el punto del penal y llegó hasta la medialuna sin rastros de jugadores azulgranas. 

Muy pobre actuación, nulo aprovechamiento de la ventaja numérica y llegaron los penales. Gill tapó el tercero, haciendo su aporte. Y sin que errase ninguno de sus compañeros hasta el cuarto (Vombergar, Cuello, el Negro Herrera y Báez), Fran Flores, en una amigable ley del ex, la colgó en el alambrado y no hizo falta patear el quinto para llegar a octavos y recibir un cheque para esperar por Tigre.