El jugador colombiano percibe que no tendrá minutos con Pizzi y presiona por su salida.
Raúl Loaiza tiene contrato hasta diciembre con San Lorenzo y la intención de la dirigencia es hacer uso de la opción para aprovechar el precio bajo de la eventual operación, por la edad (25) y buena proyección del volante central.
La cuestión es que para el mismo tema, los otros dos interlocutores quieren cosas diferentes. ¿Quiénes? Su representante, Bragarnik, lo quiere llevar a Defensa y Justicia en un préstamo sin cargo y, la tercera pata, el jugador, que exige una plaza con titularidad y prefiere regresar a Colombia.
A pocos días del cierre del libro de pases, un tema más para ocupar a los dirigentes y una lista de buena fe de Libertadores que se seguiría acortando.