La victoria de Banfield frente a Gimnasia fue otra mala noticia para San Lorenzo que ahora, no solo deberá ganar en Tucumán sino que también tendrá esperar otros resultados.
El empate de García frente al Taladro casi que se gritó como aquel gol de Derlis Soto en 2001. El empate transitorio entre El Taladro y El Tripero significaba una luz de esperanza para el equipo de Soso, ya que la brecha entre los primeros no se agigantaba. Finalmente Datolo de penal le dio la victoria a Banfield y todo se complicó (aún más) en Boedo.
De más estar decir, que San Lorenzo se complicó solo y buscó estar en esta situación. Apelando a milagros, cuestiones esotéricas y sacar chapa de que en las difíciles juega la historia de la camiseta, cuando en realidad bastaba con dejar de lado los caprichos. Darse cuenta de que el equipo jugó de igual manera los últimos cuatro partidos y no funcionó (quizás antes tampoco, pero se ganó). Hoy parece ser tarde para lamentos.
El plantel y cuerpo técnico tiene exactamente una semana para planificar el cruce frente al Decano. Per además, deberá ver como se dan el resto de los resultados. Por otro lado, si las aspiraciones, refuerzos, pretemporada, tenían el fin de ganar el torneo y clasificar a la Libertadores 2021, tienen que salir primeros, jugar la final y ganarla. Hoy parece un futuro distópico, ya que si no se logra el objetivo, habrá que ver que sucede con Soso, la dirigencia y los propios jugadores.
Sin ánimos de crear o imaginar caos en cada una de las patas que sostienen el presente futbolístico de San Lorenzo. El hincha azulgrana anhela ganar, pero también espera ver un cambio de actitud en todos los aspectos antes nombrados. El socio no puede ver a su equipo, detrás de la pantalla tiene que alentar al Ciclón, solo puede expresarse por redes sociales y además, espera la Ley de Rezonificación que le prometieron a fin de año, que se pasó para marzo 2021.