San Lorenzo empató 1-1 en la ida de la primera fase de la Copa Libertadores contra la U de Chile. El empate se festejó como un triunfo, claro; fuimos un desastre y le sumamos la roja infantil de Braghieri. Durante los primeros 45 minutos uno pensaba: ¿Falta mucho para que dejen de calentar y arranque el partido? ¡Ya van 40 minutos! El equipo de Dabove no pudo presionar como si lo hizo en la primera fecha, ¿Qué pasa con lo físico? ¿Para que se dio tantas vueltas en ese tema? En fin, terminó el primer tiempo y fue un alivio, porque el aburrimiento que veíamos a través de la pantalla dejaba dormido a cualquiera.
En la segunda mitad ambos equipos decidieron empezar a jugar, bueno; simular y tener intensión de formalizar juego asociado, más fácil; fútbol. San Lorenzo siguió siendo un desastre, pero no tanto como el que apareció en la etapa inicial. Pero la ilusión se nos empezó a ir cuando Braghieri va con los dos pies adelante y rompe a un chileno, el arbitro se equivocó, no era roja; era para dejarlo preso en Chile, patada CRIMINAL e INCOMPRENSIBLE. Más tarde llegó el gol de los chilenos, gracias a que Henríquez cabeceó en el área chica; si, en el área chica… ¡SALÍ A ROMPER CON LOS PUÑOS DEVECCHI! Bueno, ahí nos pusimos a pensar: Tenemos que ganar si o si de local, porque acá no hacemos un gol por más que juguemos toda la noche, pero a los pocos minutos, los insultos al aire se terminaron cuando llegó el gol de Di Santo qué gracias a eso, “volvió” el Patón, pero no Bauza; sino Dabove. El 1-1 era el mejor dentro de los peores resultados y ahí fue cuando el Patón Dabove metió el micro en el arco y SEIS defensores.
Nos vamos a dormir con una sonrisa, no se si contentos, pero estoy 100% que ningún hincha de San Lorenzo está conforme con lo que vio en Chile. Ah, no me quiero olvidar: en pocos minutos, Ángel Romero hizo más que varios en 90. ¡Buenas noches Cuervos!