San Lorenzo regaló el empate en el descuento y no podrá jugar de local en octavos. Fue 1-1, con gol de Tripichio para el local.
Faltó picardía y experiencia. Me parece mucho decir que el partido no estuvo bien preparado, pero fueron demasiadas facilidades que el equipo de Ayude dejó pasar. A saber: ponerse 1-0 al minuto, jugar contra un equipo sin figuras y al que le cuesta tener la pelota, el tapadón de Altamirano como para despabilar al equipo mientras la gente lo quería sacar del fondo, la gran cantidad de situaciones rifadas frente a Acosta. Diría que la más clara fue la de Gulli porque estaba con la pelota dominada y sin presión, pero le erró al arco. El tiro libre de Cerutti se fue rozando el palo y tampoco liquidó el resultado. Hubo alguna otra, menor, pero ninguna de Sarmiento, salvo esos centros con mucha gente metida en el área chica con un Altamirano que en esas dudó siempre.
Quizás lo más preocupante a mi entender haya sido la situación repetida del fin de semana pasada, cuando el equipo hizo un muy buen primer tiempo y quedó fundido para el segundo. Atento a un banco de suplentes con no muchas garantías y jugadores que quizás no equiparan el nivel de los titulares, habrá que analizar si la propuesta de Ayude no debería tener alguna modificación. La presión y las salidas explosivas tal vez no puedan ser todo el tiempo. No quiero decir con esto que pretendo aquella parsimonia analítica y controladora que ensayaba Russo, pero muchas veces invirtió la ecuación: San Lorenzo dormía los primeros tiempos y lo ganaba en la segunda mitad. ¿De cara a los octavos y el 2026 cuál será la intención?
La cantidad de contras despilfarradas por San Lorenzo las pagó carísimo. Reali me parece la personificación del complemento nada inteligente del equipo: de cara al arco rival tomó pésimas decisiones y en el compromiso de las coberturas hizo agua. El equipo de Junín no ofreció gran cosa, pero se metió un campo azulgrana todo el segundo tiempo, preocupaba con el colombiano por derecha y con las 2-3 que tuvo se llevó el empate sobre el final con un remate a la salida de un córner que Villalba nunca más repetirá en su vida.
No es lo mismo ser el cuarto en la tabla anual, meterle presión a River para poder intentar Libertadores, no da lo mismo perder la chance de definir octavos en el Bidegain y, finalmente, no puede perdonar tanto un equipo que quiere tener aspiraciones al título.
