Cuando faltan 6 fechas para el cierre de la zona regular del torneo Clausura, les propongo este balance de la gestión del entrenador.
Sí, ya sé que son 12 porque jugó dos partidos por Copa Argentina (empate con Quilmes y esa rarísima derrota con Tigre el día del arbitraje de Falcón Pérez “todo para allá”), pero quiero hacer foco en el torneo local porque es lo que se juega todas las semanas. Desde el vamos ya declaro que está muy aprobado, a mis ojos, lo visto hasta acá porque no deja de ser un debut y también considero el material que tiene a disposición. Ni hablar de las bombas dirigenciales que detonan no menos de una vez por semana en la puerta 2, en el palco presidencial o en el algún juzgado comercial, etcétera.
En cuanto números, efectividad del 53% con 4 ganados, 4 empatados y 2 derrotas (Platense y Racing de visitante). Y los partidos con Gimnasia y Huracán son un pecado en orden a que sólo se sumaron dos puntos; bueno y con Independiente casi que lo mismo, pero de visitante y con muchas menos situaciones disponibles. Faltan goles, pero el tipo tampoco es mago: 8 a favor (4 en el Bidegain en 3 partidos), 6 en contra (todos afuera, porque nadie hizo un gol en el Nuevo Gasómetro). Cuello 3, Salinardi 1, Báez 1, Gulli 1, Tonga 1 y 1 en contra. Vombergar ninguno y acá también una medalla para Ayude: lo sacó y no le tembló el pulso (fue raro el regreso con Racing, pero volvió a salir).
Lo mejor, por mucho, es la banca a los chicos y su trabajo previo en Inferiores, llegando a una final con River. Y en los autores de los goles se verifican las decisiones: Cuello de 9 y todos de la casa, dos de los cuales no eran opción para Russo (Salinardi y Gulli). La vuelta de López, la confirmación de Perruzzi que es el mejor jugador de la era Ayude sin dudas y los partidos/minutos de Rattalino, Gulli, Ladstatter. San Lorenzo creció en su patrimonio por la cotización de todos estos chicos, punto para el DT.
Nos acercamos a los momentos de definición y entonces veremos si confirma lo que viene armando o la gran cantidad de chicos nos pasa factura. Yo les tengo fe.
