Molesto el 4-2-3-1 del equipo mendocino: leer que cuentan con Pol Férnandez y Walter Montoya entre sus volantes es algo que el club hoy no se puede permitir, por más veteranía que carguen a cuestas. El primer cuarto del partido tuvo opciones para ambos equipos y un control del juego repartido, quizás un poco mejor del visitante. Clarísima la jugada que termina con el remate de Gulli al palo, justo a los 15’, pero prolijamente armada desde un lateral por izquierda; el 45 a nada estuvo del segundo grito en fila. Y lo mejor es que se movió y procuró ser el eje o gestor de los movimientos de ataque. Para el Tomba, la que salva Romaña antes. Todo lo otro de San Lorenzo, lo conocido: Cerutti corriendo y generando amarillas (los centros uno bien y uno mal), Reali liviano y retrocediendo poco, Tripichio bajo, el triángulo Romaña, Hernández y Perruzzi poniendo el rigor. Cuello molestando y con una amarilla rápida, poco de los laterales. Y cuando al primer tiempo no le quedaba nada, córner de la derecha, buen centro fuerte y para el efecto lo cierre, peinada de Romaña y corrección de Tonga, para celebrar de la mejor manera sus 100 presencias. Los de Ayude terminaron mejor, pero el Tomba diseñado para salir rápido de contra siempre incomodó. Lamolina, quizás con frío, con pocas ganas de dirigir: lento e inexpresivo para las sanciones.
Mismos 22 para la segunda parte. Rápido, en 3’ San Lorenzo se complica gratuitamente saliendo mal de meta en corto y le da un córner con dos centros posteriores al visitante que llevaron peligro y confusión. Y a los 5’, en una contra rápida que bien aceleró Gulli, Cerutti como opción por derecha pisó el área y le hicieron penal. Pues en 7’, vía Cuello, San Lorenzo de Ayude se puso en un terreno desconocido: 2-0 arriba. Inédito en todo el torneo. Por delante, el desafío de saber administrarlo y asegurar los tres puntos. Ribonetto reaccionó cambiando a un par de los suyos. López se perdió el tercero cuando iban 18’ tras buena jugada de Gulli y Cerutti. San Lorenzo no se replegó y mantuvo la postura; saludable. A los 20’, segunda ventana y otro par a la cancha en el Tomba. Lamolina siguió en la suya y “Vamos vamos los pibes” desde afuera para que nadie se durmiera. Gol anulado a ellos, gol insólito perdido por Reali tras atropellada de Cuello. Pero la pelota sí la mantenían los blancos. Y Ayude pensó en más piernas para los últimos 20’, sumando descuentos: Zorro y Branca, por Pocho y Cuello. Cecchini y otro Perruzzi para los últimos 15’: afuera Tripichio y Reali. Hernandez por Gulli para el aplauso y porque las piernas ya pesaban.
San Lorenzo logró otra actuación más parecida a la vista ante Vélez de cara al arco rival y a sumar en plural, que lo necesitaba mucho para seguir construyendo el equipo y creciendo pensando en las copas 2026.
