San Lorenzo acaba de anunciar una alianza con una empresa denominada “Evolution Sport” para, apriori, mejorar de forma edilicia la sede de avenida La Plata.
Sin ser muy ducho en las cuestiones de reuniones de asamblea, comisión directiva y otras yerbas propias de cualquier club, la noticia tiene tintes de DNU, haciendo una analogía con la política nacional. ¿Pueden ejecutarse este tipo de acciones de la noche a la mañana sin el visto bueno de nadie competente? Lo pregunto al tiempo que me contesto con una mueca de desconfianza. Lo que no está en discusión es que la actual dirigencia tiene antecedentes contundentemente malos en orden a improvisación y declarar A, creer B y hacer C. El caso testigo por excelencia es el despido de Insúa. Dijeron que lo querían y le mejoraban el contrato, lo invitaron a salir tras varias jugadas de desgaste y, la frutilla del postre, no tenían DT para reemplazarlo. Desde entonces todo me genera una desconfianza enorme y todo lo visto y escuchado en la campaña preelectoral una indignación fenomenal.
Tal como indica la noticia en la web oficial, en la página de Evolution Sport están las 7 sedes que el grupo ofrece. No da la impresión de ser un líder de mercado pero será cuestión de tomar nota de todo lo prometido referido a la obras y ordenamiento de la sede, hablar con los empleados que trabajan en el club y hacer una auditoría periodística en los plazos citados.
Ojalá esto sea para mejor, pero permítanme dudar y creer lo que puse en el título.