San Lorenzo sigue moviendo fichas a torneo empezado y parece una feria americana, pero… ¿Se siguen objetivos o se gestiona a la marchanta?
Volvimos a ser la agenda de lo indeseable. El club es noticia en una rutina de malas novedades que erosionan cualquier intento de sacar la cabeza y respirar. No rodaron cabezas, se fueron solos algunos cráneos. Hay señales peligrosas, muy.
La forzada salida de los Romero, si lo pensamos, es lo más lógico y prudente que puede suceder. ¿O no vivimos diciendo que no hipotequen el club con contratos impagables? Pues seamos coherentes. Que dos jugadores como ellos estuvieran en Boedo ya hacía ruido. Y si alguien cerró la canilla de dólares, lo saludable es dejarlos ir. Da pena que no los hayan rodeado mejor en algún momento.
La vuelta de los Peralta es lo que necesita el club. Crecer desde lo propio, firme y lento. Porque es lo que hacen las pymes fundidas, los países posguerra y hasta cualquiera de nosotros que se quedó sin laburo. Si uno ve el pasivo, se sabe que el club deberá ajustarse el cinturón y cuando vaya al almacén mirar las ofertas y ponerle creatividad para utilizar sus recursos.
Bueno sería que Cetto y Arreceygor, más Mastrosimone o quien sea, comuniquen la idea, cuál es el camino, porque es absolutamente improcedente y poco serio que las noticias no sean oficiales y las cuenten los amigos del poder. El fenotipo de Pomelo me recuerda a Javier Cantero y me preocupa. Y ayer un cuervo de ley me dijo: “Pienso en San Lorenzo y se me viene a la cabeza la síndico Liliana Ripol…”. No sé si somos conscientes de la situación y en buena medida es porque ocultan casi todo.